Tiempo de Orar

Me encuentro solo, meditando en este sacro lugar, orando por mi familia, tratando de reprimir aquel dolor.
Aun recuerdo como si hubiera sido ayer, como caían sus cuerpos en el asfalto, jure vengarme y ahora heme aquí pidiendo se me libere de mis pecados.
Ayer por la tarde mate 15 humanos en un poblado llamado Pilton, cerca de Gran Bretaña, todos cayeron como costales había mas gente hay, pero solo asesine a los militares que se encontraban haciendo retenes, no tuve las agallas de matar civiles.

- Dios perdona mis pecados, cuida de mi familia, y dame la fuerza de acabar con esta cacería.

Después de la muerte de mi hija y esposa ya no fui capaz de llorar, he encontrado a algunos de mi especie pero ninguno que valga la pena asta ahora, mi causa va más allá de ser una simple resistencia.

Había estado vagando por aquel pueblo casi desierto, cuando algo en la Iglesia llamó mi atensión. No sé si habría sido la fachada, o simplemente curiosidad por todo el tiempo que había pasado desde la última vez que había puesto un pie dentro de un edificio de esa clase.
Pero así, sin más ni más, me encontré caminando ligera y lentamente, tratando de que el sonido de mis pasos, que de por sí retumbaba en aquel silencioso lugar, fuera lo más tenue posible.
No me había dado cuenta de que no era la única allí. Había un hombre orando a, ahora, tan sólo unos metros de mí. No supe si no me había notado tampoco, o estaba demasiado compenetrado en sus oraciones como para levantar la vista.
Me quedé mirándole, sin poder evitarlo. Había algo en él que me resultaba fuera de lo común... no parecía normal

*Percivi que habia entrado alguien, despues de tanto tiempo en esa ciudad pense que estaba desierta asta hoy en dia, fije mi mirada en ella, con gran interes, me hacerque a ella*

-Hola, me alegra ver alguien despues de tanto tiempo-

*Estire la mano para presentarme*

-Mi nombre es Marcus.

Me asaltó la confusión de momento. Había creído estar interrumpiendo a aquel hombre, solitario en ese lugar tan reflexivo; pero parecía ser todo lo contrario...

-Mucho gusto -pronuncié luego de un segundo, tomando su mano-

Sonreí de lado.

-Soy Neelah... Lamento haberte interrumpido -añadí con una mezcla de disculpa e ingenuidad en los ojos-.

Neelah Manson escribió:

Me asaltó la confusión de momento. Había creído estar interrumpiendo a aquel hombre, solitario en ese lugar tan reflexivo; pero parecía ser todo lo contrario...

-Mucho gusto -pronuncié luego de un segundo, tomando su mano-

Sonreí de lado.

-Soy Neelah... Lamento haberte interrumpido -añadí con una mezcla de disculpa e ingenuidad en los ojos-.

-interrumpir dices...que va..ya habia terminado...aunque creo que quieres estar sola no es cierto?

*Pregunte con gran interes, tal vez ella estaba hay por algun motivo, ya fuera alguna confesion algun rezo a alguien yo que se....creo que habia sido muy poco coordial haberme hacercado a ella asi como asi*

Apenas comencé a contestar, me detuve. Yo no había mencionado haber interrumpido. O si?

Le sonreí curiosa, pero dejándolo pasar de todas formas. No iba a preguntar.
-En realidad entré por... -por qué había entrado?- curiosidad, supongo. Creo que el edificio me llamó la atensión...

Recorrí la vasta iglesia con la mirada, para luego volver a mi interlocutor.
-Eres de por aquí? -inquirí-.

-Si la arquitectura es magnifica con algo de estilo gotico....

*Sonrei al ver que la chica era bastante guapa*

-Bueno veras acabo de llegar, vengo de gran betaña.....y me imagino que tu tampoco eres residente de este lugar verdad

*Pregunte intrigado esperando su respuesta ansiosamente*

-No, es cierto. Soy nueva aquí -comenté- arribé hace pocos días...

Se me ocurrió que tal vez aquel no era el lugar más indicado para una conversación... tal vez un Café, o un bar... no sabía los lugares de la ciudad, pero seguramente habría algo.

-Tú tampoco pareces estar aquí hace mucho tiempo -noté- de dónde vienes?

Se veía de lo más simpático. Había algo en él.. difícil de explicar. Misterioso tal vez.